Practicar deporte de manera adecuada es un hábito saludable, pero hay una relación entre rendimiento deportivo y falta de salud oral que se debería tener en cuenta.

Los deportistas al necesitar energía para el entrenamiento, es frecuente que consuman dietas altas en carbohidratos y de bebidas ácidas y azucaradas, cuando éstas se descomponen en ácidos contribuyen en debilitar y erosionar los dientes, estas bebidas a la larga pueden producir sensibilidad dental. Por otro lado la deshidratación y la boca seca alteran los mecanismos inmunológicos, favoreciendo las lesiones cariogénicas.

Los dolores musculares, el estrés provocado por la práctica de deporte y de competición, en muchos casos tienen como consecuencia el bruxismo (apretar o rascar los dientes) ocasionando desgastes dentales y dolores musculares y/o articulares de la articulación temporomandibular (articulación que nos permite abrir y cerrar la boca).

De esta manera, el deporte influye en la salud bucodental. Se debe seguir una dieta equilibrada e hidratación según las necesidades del ejercicio físico. Mantener unos buenos hábitos e higiene oral, juntamente con las revisiones bucodentales frecuentes, hará tener una boca sana mejorando el rendimiento deportivo.